HISTORIA COLEGIO ARRIARÁN BARROS

El Colegio Arriarán Barros de Puerto Montt, es una institución educativa confesional católica, dirigido por la Fundación Educacional Arriarán Barros.

La historia del colegio se remonta al mes de febrero de 1924 cuando abre la matrícula la escuela parroquial San Juan Evangelista, la que fue fundada por el párroco Pbro. Juan L. Elgueta, en una pequeña sala de madera al costado oriente de la única parroquia de la ciudad. Al alero de la Iglesia la naciente escuela brinda instrucción gratuita para los niños varones más pobres. Su primer director fue don Lorenzo Labraña quien en poco tiempo vio incrementada la matrícula de 200 a 285 alumnos. En 1925, el obispo de la época Mons. Abraham Aguilera, hizo construir un edificio en cemento armado (al costado oriente del edificio del obispado), gracias al aporte de la Srta. Carmen Arriarán Barros, joven aristócrata santiaguina. En su honor, se dio a la escuela el nombre de Arriarán Barros.

Uno de los episodios más importantes lo constituye la llegada de las Religiosas Franciscanas Misioneras del Sagrado Corazón, Congregación de origen italiano, quienes imprimieron a la escuela la espiritualidad franciscana.

Convocada por el entonces obispo Ramón Munita Eyzaguirre, en marzo de 1951, llegaron las cinco primeras religiosas: Sor Fabiola Marcuzzi, sor Emiliana Zilio, Sor Ernestina Magoga, Sor Loreto Favaro y Sor Ana Brustolini. Monseñor Ramón Munita Eyzaguirre nombró directora de la escuela Arriarán Barros a sor Fabiola Mercuzzi y del escuela Josefa Tellez a sor Emiliana Zilio.

En el año 1960, la antigua casa de madera donde funcionaba la escuela Josefa Téllez, calle Serena n°55, quedó inhabilitada debido al terremoto, pasando a funcionar en jornada de la tarde en la estructura de la escuela Arriarán Barros, que funcionaba en la jornada de la mañana, en el edificio al lado de la catedral.

El 1967 Mons. Alberto Rencoret, Obispo de Puerto Montt cedió el edificio destinado a la formación de jóvenes seminaristas, el actual edificio del colegio, para el funcionamiento de la escuela Arriarán Barros.

La infraestructura contaba con tres pisos, lo que corresponde actualmente al pabellón de oficinas.

En el año 1968 el colegio Arriarán Barros impartía educación hasta séptimo básico. En 1969 hasta octavo básico.

El año 1975 se fusionan las dos escuelas episcopales de Puerto Montt, “Arriarán Barros” y “Josefa Téllez” transformándose en colegio mixto tomando el nombre de “Colegio Arriarán Barros”.

En 1979 se crea el grupo scout San Francisco con sus diferentes ramas del scoutismo, ampliando el campo de las actividades extraescolares. En 1980 también se inicia la construcción del pabellón de enseñanza básica con 12 salas de clases y una sala de conferencia para dar inicio a la educación Media.

En 1981 se inaugura el primer gimnasio del colegio, que hoy lleva el nombre de “Sor Cecilia Subiabre”.

En 1982 se inicia la Enseñanza Media de acuerdo al decreto cooperador, Resolución Exenta 676 del 24 de marzo de 1983. Comienza, además a funcionar el kínder.

En 1983 fue creada la Banda Escolar a cargo del profesor Nicolás Oyarzún Leviante.

En 1985 se realiza la primera licenciatura de Cuarto Año Medio con 37 alumnos.

En 1986 se comienza con el primer laboratorio de computación con 4 micro computadores. En agosto de ese año se dicta el primer curso de computación para alumnos desde 5° a 4° Medio y profesores.

En 1995 se recepciona la primera parte del Edificio de la Enseñanza Media. En el año 2009 se entrega toda la infraestructura del Pabellón de Párvulos y ese mismo año se construye el segundo gimnasio, que hoy lleva el nombre de “Profesor Nicolás Oyarzún Leviante”.

En el año 2010 se inaugura el cuarto piso, donde se ubican las nuevas salas de terceros y cuartos medios, laboratorio de inglés, sala de Teatro y electivos.

En el ámbito de logros académicos el colegio cuenta con dos puntajes nacionales en la PAA de Química, y dos puntaje nacional en la PSU de Historia y en matemática.

El colegio logra la Certificación de Calidad Escolar otorgado por la Fundación Chile desde el 2014 al 2016.

También los alumnos de Terceros Medios del año 2018 obtienen la certificación SIMCE de Inglés por la Corporación Internacional del Marco común Europeo de referencia para las lenguas: Aprendizaje, Enseñanza , Evaluación (MCERL), ubicándose en la escala global de usuario independiente B-1, obteniendo el 90% de aprobación de la lengua.

El colegio fue certificado en Prevención del Consumo de Drogas y Alcohol, nivel inicial 2014- 2015, Chile Previene en la Escuela del Programa Nacional de Certificación Preventiva, Sendas, Ministerio del Interior.

En el año 2018 nuestra institución cuenta con nuevo sostenedor, la Fundación Educacional Arriarán Barros.

La institución ha recibido desde el año 2017 la Asignación de Excelencia académica otorgado por el ministerio de educación. (SNED)

En el año 2019, nos vimos inmersos en un desafío transcendental para nuestra vida educativa: el impacto del estallido social. Este acontecimiento histórico no solo agitó las estructuras de la sociedad, sino que también nos instó a reflexionar junto a nuestros estudiantes y comunidad educativa. La necesidad de adaptarnos a un entorno cambiante se volvió imperativa, y la búsqueda de la estabilidad educativa se convirtió en una tarea conjunta.

Apenas asomábamos la cabeza en el nuevo año 2020 cuando nos enfrentamos a un desafío aún mayor: la pandemia mundial por covid-19. Esta crisis nos forzó a una rápida adaptación para ofrecer un servicio educativo virtual, online y remoto. El ritmo acelerado de cambio alteró radicalmente la vida cotidiana, con la suspensión de las clases presenciales, el distanciamiento social y la limitación en la realización de actividades regulares. La necesidad de aprender a utilizar plataformas digitales, trabajar de forma remota, reevaluar prioridades de aprendizaje y preocuparnos por el bienestar personal y la salud se volvieron elementos centrales en nuestra experiencia educativa.

En el 2021, gracias al control de la pandemia en el país mediante la implementación de programas de vacunación, experimentamos un nuevo cambio: las clases híbridas. La gestión de esta transición implicó no solo aspectos pedagógicos, sino también la implementación de medidas sanitarias y estructurales, así como un enfoque continuo en el autocuidado.

Al adentrarnos en el 2022, aunque las clases parecían haber retornado a la normalidad, nos enfrentamos a un nuevo desafío significativo: el ausentismo escolar. Este fenómeno se convirtió en un obstáculo que requirió una atención especial para garantizar la participación y el compromiso de todos los estudiantes en su proceso educativo.

En marzo de 2023, marcando un nuevo hito en nuestra historia institucional, recibimos la noticia del nombramiento del director laico, el señor Mauro Figueroa. Este cambio en el liderazgo no solo representa una nueva dirección para nuestra institución, sino también una oportunidad para el crecimiento y la innovación en la educación que ofrecemos. Con la experiencia de los años anteriores como base, enfrentamos el nuevo año escolar con determinación y la certeza de que, juntos, podemos superar cualquier desafío que se presente en nuestro camino.

 

EL LEGADO DE DIRECTORAS R.F.M.S.C EN NUESTRA INSTITUCIÓN

Desde los albores de nuestra institución educativa, religiosas excepcionales han guiado con dedicación y sabiduría el rumbo del colegio. Estas distinguidas mujeres, comprometidas con la enseñanza y la formación integral de los y las estudiantes, han dejado una huella imborrable en la historia de nuestra comunidad. Es por ello que hoy queremos destacarlas como grandes impulsoras de la educación en nuestra ciudad. Catorce son las religiosas que entregaron parte de su vida a esta loable misión, a mencionar: Sor Fabiola Macuzzi, Sor Ernesta Miglioranza, Sor Atiliana Dirigón, Sor Francisca Bolognari, Sor Roberta París, Sor Inés Pavan, Sor Armelle Costa, Sor Bernarda Álvarez, Sor Juana González, Sor Cecilia Subiabre, Sor Antonina Turrina, Sor Fides Lorenzón, Sor Elsa Castillo y Sor Mercedes Mollinedo.

Sor Fabiola, la primera directora, superiora y delegada de la provincia de San Antonio, una de las primeras hermanas RFMSC que llegaron a la misión de Chile. Se caracterizó por su gran impronta, prudencia, comprensión y entrega dominical tocando el armonio en las misas de la catedral de la ciudad.

Sor Ernesta, lideró la institución con su gran corazón misionero, el respeto y cuidado hacia los niños, su consecuencia como religiosa y su consecuencia en su forma de ser y en sus obras.

Sor Atiliana, dirigió el traslado del colegio desde la escuela Josefa Tellez al edificio seminario diocesano, hoy el actual edificio de nuestra comunidad educativa. Tuvo también responsabilidad en la construcción de una parte del pabellón de educación básica. Ella lideró el colegio en tres periodos. Disfrutamos de su serenidad, optimismo, gusto por el deporte y el jugar con sus estudiantes.

Sor Francisca, metódica y reflexiva, guió el colegio con su gran capacidad de escuchar a quién necesitara de sus consejos y su solidaridad incansable por los necesitados(as).

Sor Roberta, la hermana responsable y metódica, condujo el colegio con versatilidad y espíritu emprendedor.

Sor Inés Pavan, actual presidenta de la Fundación educacional Arriarán Barros, hermana líder dentro de la RFMSC, querida por la comunidad por su personalidad, sabia, misionera, comprensiva y con visión de mundo También fue directora del establecimiento y lideró el gran paso educativo que fue el inicio de la enseñanza media, además de la construcción del nuevo pabellón de básica y el gimnasio uno, así como también darle protagonismo a los scout en el establecimiento.

Sor Armelle y sor Bernarda, con alegría y responsabilidad continuaron con la tarea de las hermanas en su corto tiempo de liderazgo.

Sor Fides, asumió el rol de directora en el año 2006. Su visión clara y su devoción por el aprendizaje sentaron las bases para el crecimiento y la excelencia académica que distinguen al colegio. Durante su liderazgo, se distinguió por la rigurosidad, disciplina, orden y agudeza mental. Estas características no solo se convirtieron en pilares esenciales de nuestra institución, sino que también guiaron a estudiantes y personal en el camino hacia el conocimiento y la formación integral. La impronta dejada por Sor Fides perdura como un legado valioso que ha contribuido significativamente al desarrollo y éxito continuo de nuestro colegio.

Sor Elsa, sucesora de Sor Fides, asumió el cargo de directora en el 1999, para volver en el 2013 y continuó la misión de liderar esta institución a la luz de los valores de San Francisco. Su liderazgo se distingue por la promoción incansable de la paz y el respeto por la creación, valores fundamentales en la tradición franciscana.

Sor Elsa, nos recuerda a todos que, a través de la educación arraigada en estos valores, podemos cultivar un mundo de armonía, comprensión y amor. Además, ha incorporado a su liderazgo características adicionales como la alegría, una humanidad excepcional y un compromiso activo en ayudar a los inmigrantes. Estas cualidades no solo enriquecen la experiencia educativa, sino que también reflejan el compromiso continuo de la institución con la formación integral y el servicio a la comunidad.

Sor Mercedes, asumió la dirección el año 2019, una directora cuya visión moderna y liderazgo resiliente guiaron al colegio a través de momentos cruciales de la historia reciente. Durante el convulsivo estallido social del 2019, demostró una habilidad única para adaptarse y liderar con empatía, abriendo diálogos constructivos y fomentando la comprensión en medio de la agitación. Su enfoque vanguardista se volvió aún más evidente durante la pandemia de COVID-19 en 2020, cuando navegó con destreza la transición hacia la educación virtual, priorizando la seguridad y el bienestar de la comunidad educativa. Su liderazgo moderno ha fortalecido no solo la resiliencia del colegio frente a desafíos inesperados, sino también su capacidad para abrazar el cambio como una oportunidad para el crecimiento y la innovación. Sor Mercedes, con su mirada hacia el futuro, ha dejado una marca imborrable en nuestra comunidad, trazando un camino de adaptabilidad y progreso para las generaciones futuras.